Las actas de las vistas celebradas en apelación muestran que el acusado se acogió a su derecho a guardar silencio y que no declaró nada en absoluto sobre el hecho ad informandum que aquí nos ocupa. Además, el abogado del acusado sólo alegó que "el hecho añadido ad informandum (...) puede tenerse en cuenta en la pena", pero no aportó nada sustantivo en nombre del acusado sobre una admisión por su parte de haber cometido el hecho añadido ad informandum.