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Causa penal en curso

El asesinato de Breda fue perpetrado con un Kalashnikov por un grupo de Limburgo (Limburger.nl)

El asesinato de Kaan Safranti en Breda el 8 de abril fue el sangriento final de un ripio perpetrado por un grupo de sospechosos de Limburgo. La víctima fue despojada de su vida con varios disparos de un kalashnikov en el cuello y la espalda.

El presunto autor de los disparos es Sofian S., de 22 años, de Roermond. Esto surgió en el tribunal de Breda el viernes.

Homicidio en asociación

Las dos mujeres y los tres hombres de Limburgo detenidos por el tiroteo mortal son sospechosos de homicidio en asociación. "No es necesario haber estado en la casa en este caso para ser acusado de homicidio involuntario", dijo la fiscal Pauline Lanslots en una vista preliminar. El sexto sospechoso, un hombre de 23 años de Roermond, aún no había sido citado. Fue detenido por última vez el 10 de julio.

Los hombres y las mujeres, de edades comprendidas entre los 21 y los 28 años, son de Sittard, Geleen, Roermond y Venlo. El tribunal rechazó la petición de los abogados de suspender la detención preventiva de dos de ellos.

La víctima fue asesinada en su casa del barrio de IJpelaar, en Breda. Está claro que se trató de un ripio preparado de antemano por el grupo criminal de Limburgo.

Iniciador

El fiscal ve a Sofian S., de 22 años y natural de Roermond, como el iniciador del ripio. Según su abogada, Francoise Landerloo, su cliente se acogió a su derecho a guardar silencio.

Jaime D., de 21 años, de Geleen, sí prestó declaración. En ella dice que alquiló un Mercedes con matrícula alemana a petición de los coacusados semanas antes de la fecha del crimen. También condujo su Opel Corsa a Breda por cien euros, "para recoger algo". Sin embargo, según el fiscal, hay pruebas suficientes de que ella sabía que se había planeado una 'R', una estafa. La abogada Sandra Carli dijo que la joven había estado esperando, pero no sabía nada del tiroteo hasta su detención.

ADN

Su colega Yehudi Moszkowicz niega rotundamente que su cliente, Jesse de J., de 21 años y natural de Roermond, estuviera implicado en la muerte de la víctima, a pesar de que se encontró su ADN en un casquillo de bala. Según el letrado, las grabaciones de las cámaras muestran "de forma concluyente" que este hombre no se encontraba en el lugar del crimen, sino en una pizzería situada a unos 200 metros.

La próxima audiencia pro forma es el 9 de noviembre.

Los acusados en este caso están asistidos por:

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